‘Summer Girl’ – HAIM

Érase una vez tres niñas subiéndose a un escenario.

En realidad, aquello era más bien un hueco entre las mesas del Canter’s Deli, un restaurante de comida típica judía al oeste de Los Ángeles. Pero el cuento siguió escribiendo su historia y dos décadas después, allí, entre bagels de pastrami y sopas de bolas de matzah, Este, bajo; Alana, percusión, teclado y guitarra; y Danielle, guitarra y voz, volvían a tocar frente a aquellas mismas mesas de formica presentando Women in Music Pt. III, su esperado tercer álbum. Fue la vuelta a un hogar del que nunca se habían marchado, pero con el que necesitaban reconciliarse.

Desde su debut en 2013 con el álbum Days Are Gone las hermanas Haim han construido un pop que, aunque cuidado milimétricamente con calidad artesana, no se acompleja por querer resultar comercial; sabe de dónde viene y a dónde quiere apuntar, más aún en este disco, de una madurez y profundidad que, aunque ya venía macerándose, no estaba en sus otros trabajos.

Con Women in Music Pt. III (2020)nominado a mejor álbum en la 63ª edición de los Premios Grammy- Haim se arropan en el folk-rock que anidó las colinas de Los Ángeles a finales de los años 60 sin caer en una vuelta al sonido Laurel Canyon, más bien, confirman un linaje que no puede -ni quiere- evitar las mil influencias que lo sustentan: los primeros años de Sheryl Crow en I’ve Been Down, el R&B de 3 AM, la intimidad de Joni Mitchell (Leaning On You, Hallelujah) o la herencia de Fleetwood Mac en Don’t Wanna.

Haim reúne toda su esencia musical en un disco que, por un lado, dispara su primera bala desde el mismo título y portada, “Mujeres en la música Parte III”, y que canta a su experiencia con la crítica sexista en Man From The Magazine o la lucha de poder en el rabioso The Steps. Sin embargo, el resto de su arsenal tiene un objetivo totalmente diferente.

Tras la grabación de Something To Tell You, su anterior disco, Ariel Rothschild, productor de la banda y pareja de Danielle, había sido diagnosticado de cáncer y ella, atrapada en un autobús a una gira de distancia, luchaba también contra su propia depresión. En apenas un año, aquel hogar de verano eterno, palmeras infinitas, música y restaurantes delicatessen en avenidas de neón, se había oscurecido. Los Ángeles se convierte en la casilla de salida para un terapéutico ejercicio de introspección que huye de baladas y canta a la tristeza entre guitarras distorsionadas y melodías pop: I Know Alone, Now I’m In It… Y Summer Girl, la necesaria reconciliación final.

“Los Ángeles en mi cabeza, no puedo respirar”. La ciudad es el inicio y final de un viaje al que pone imagen Paul Thomas Anderson, director y guionista nativo, al igual que Haim, del San Fernando Valley de L.A. y que vio en Alana a su protagonista para Licorice Pizza (2021).

Sin cortar el eterno paseo angelino que ellas habían recorrido en otros videoclips, entre ellos el exquisito Want You Back, Anderson va restándole capas al frío que había teñido de oscuridad su preciado Valle. Mientras, la voz de terciopelo de Danielle, casi como un arrullo y evocando directamente al paseo más salvaje de Lou Reed por Nueva York, anima a su pareja a ver en ella el verano capaz de templar su invierno personal: “I’m your summer girl”.

La reconciliación será entender el paso de las estaciones y que, pase lo que pase, Los Ángeles seguirá en su vida como aquel primer escenario que, entre formica y pastrami, es testigo de que las niñas ya no son tan niñas, las canciones cambian y que, a veces, sólo hay que esperar el momento en el que el eco de un saxo anuncie que la primavera ya está preparada y que el verano espera a tres vueltas de calendario.

#CancióndelLunes

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